Es inevitable.
Si te dedicas a los Recursos Humanos, llegará el día en que tengas que ocuparte de la salida de una persona (o varias) de la empresa.
Incluso cuando la desvinculación es voluntaria y se produce de forma amistosa, suele ser un momento delicado para los departamentos de Personas.
En esa última impresión que se llevará la persona, la empresa se la juega más de lo que puede parecer.
Por eso es muy útil contar con un proceso de offboarding definido que ayude a que esta experiencia sea lo más positiva posible, tanto para la persona que se va como para la empresa.
En este post vas a descubrir por qué el offboarding es casi tan importante cómo el onboarding y todo lo que puedes ganar si tienes un proceso de desvinculación bien diseñado.
¿Qué es el proceso de offboarding?
El proceso de offboarding agrupa todos los pasos, trámites o decisiones que se toman cuando un empleado y la empresa terminan su relación laboral, ya sea porque la persona decide irse de forma voluntaria, porque se jubila o porque la compañía decide no seguir contando con ella.
El proceso de offboarding agrupa todos los pasos, trámites o decisiones que se toman cuando un empleado y la empresa terminan su relación laboral.
El objetivo del offboarding es que el proceso de separación sea lo más fluido posible para las dos partes:
Por un lado, un buen offboarding ayuda a que la persona tenga una experiencia lo más agradable posible en este momento (y ya sabemos que puede ser complicado según las circunstancias).
Y por otro, este proceso define una hoja de ruta clara y sencilla para las empresas, facilita mucho el trabajo a los departamentos de Personas y ayuda a minimizar el impacto de esa salida.
Ventajas de diseñar e implementar un proceso de offboarding en tu empresa
Ahora bien, con todo el tiempo que te llevan los procesos de recruiting y onboarding, ¿por qué deberías dedicarte a diseñar un proceso de offboarding?
Se nos ocurren unas cuantas (buenas) razones:
#1. Mantiene bajo control el papeleo, los trámites rutinarios y el traspaso de tareas.
Empezamos por lo práctico.
Un empleado que se va implica una carga de trabajo extra para ti y tu departamento: preparar documentación, coordinarse con IT para gestionar los permisos, comunicar la decisión en el momento oportuno, manejar el traspaso de la información, asegurar un relevo interno o iniciar un proceso de selección.
Y seguro que nos dejamos algo…
Con el proceso de offboarding, lo primero que consigues es tener todo bajo control.
No se trata solo de saber todo lo que hay que hacer, sino determinar cuándo hay que hacerlo y quién es la persona responsable.
Y es que todo esto también forma parte de la experiencia que estamos ofreciendo a nuestros empleados, a los que se van y a los que se quedan, por lo que tenemos que tenerlo muy en cuenta.
En resumen, el offboarding te puede ahorrar unos cuantos olvidos, prisas y marrones sorpresa.
#2. Es una valiosa fuente de información para los equipos de Personas.
Por lo general no queremos que un empleado/a deje la empresa pero, si se da el caso, es una buena oportunidad para aprender de la experiencia y utilizar esa experiencia para mejorar:
Si la despedida se hace de buen rollo, es más que probable que la persona esté dispuesta a compartir sus motivaciones para cambiar. Sabes qué le ha llevado a dar el paso y qué es lo que más le ha gustado de su experiencia trabajando en tu empresa te dará ideas para seguir mejorando a nivel de experiencia y fidelización de tus empleados.
En cambio, si la persona ha sido despedida, también es bueno invertir un tiempo a analizar qué ha podido fallar y cómo mejorar en las próximas incorporaciones.
Una persona que deja la empresa suele ser mucho más sincera que si todavía depende a nivel laboral de la compañía, ya no tiene nada que perder por lo que toda la información que nos dé será oro puro y un feedback muy necesario para el equipo de personas.
#3. Es un ejemplo de la cultura empresarial y puede ayudar a mejorar el clima laboral.
Aunque el proceso de offboarding es bastante personal y privado, es frecuente que llegue información a los compañeros de equipos o al departamento donde trabajaba la persona que se ha ido (por norma general por parte de éstas mismas personas).
En este sentido, terminar bien con un antiguo empleado/a y darles su espacio para expresarse, ayuda a mejorar la satisfacción de los empleados que permanecen en el equipo, ya que no tendrán tanta tensión de enfrentarse a ese momento.
Además, es una buena ocasión para demostrar que la marca empleadora de la empresa es algo más que una afirmación bonita.
No podemos olvidar que a veces las desvinculaciones se dan en circunstancias no muy agradables, como épocas de crisis o reestructuraciones.
En estos momentos, la empresa tiene el reto (también la oportunidad) de aterrizar sus valores y cultura.
Un claro ejemplo es el caso de Airbnb, que tuvo que despedir al 25% de su plantilla en plena pandemia y lo hizo manteniéndose fiel a sus valores.
#4. Ayuda a mantener la puerta abierta en caso de que el empleado/a y la empresa decidan retomar su relación laboral.
Cada vez es más habitual encontrarse con empleados boomerang. Es decir, personas que deciden volver a trabajar en empresas de las que se marcharon, por ejemplo porque surge un nuevo proyecto que les motiva y en el que encajan, o porque la situación ha cambiado.
Y lo más importante es que ya conocemos a esa persona y cómo trabaja, por lo que a nivel cultural sabemos que encaja con la empresa.
Esto hace unos años sería impensable, pero la manera de ver el empleo ha cambiado mucho.
Eso sí, si una persona acabó mal con tu empresa, es poco probable que tenga ganas de volver.
Crear una experiencia agradable facilita la vuelta de talento valioso para la empresa, si se dan las circunstancias.
#5. Puede ayudar a atraer nuevo talento a la empresa.
Esto va en línea con el punto anterior.
¿Te imaginas ver un post en LinkedIn de una persona que deja su empresa despidiéndose de todos sus compañeros y de su empresa y dándoles las gracias a todos por el tiempo que han estado trabajando juntos?
¿Y de la empresa agradeciéndoles y felicitándoles por su nuevo reto?
Esto tiene un efecto brutal.
Por eso, cuando la despedida se produce en buenos términos, es más probable que la persona que se va hable bien de la empresa e incluso anime a posibles candidatos/as a trabajar en ella.
Y es que, como hemos visto, aunque suene extraño, optimizar tu proceso de offboarding puede ayudarte a mejorar la fidelización y la atracción de talento.
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